CAPÍTULO 2
Paramos a comprar
dos granizados de limón para ir bebiéndonoslos mientras andábamos.
Llegamos y Erik nos
presentó a todos sus amigos. Jas se sentó en un banco situado delante de una
pared, en la que me apoyé, mirado a Jas con tristeza. Jas no había levantado la
mirada del suelo, estaba sentada en un banco viendo como los chicos hacían
skateboard cuando uno de ellos se sentó a su lado y comenzó a hablar:
-Hola- dijo el simpático.
-Hola- contestó
una voz triste
-¿Qué tal estás?
-Mal –contestó la
misma voz triste.
-¿Y eso?- dijo el
apartándole el pelo de la cara.
-Me estaba
engañando- dijo ella decepcionada.
-¡Wow! ¿Quién? –contestó con curiosidad.
-Mi novio, Zac, un
imbécil…-contestó ella llorando.
-Eh,eh,eh, deja de
hablar de eso ya, tranquila, no pasa nada. Mira, yo me llamo Alan ¿y tu?-
intentó tranquilizarla.
-Jas
-Un nombre
precioso…
-No hace falta que
me hagas la pelota –dijo ella con tono descarado.
-No lo hacía- contestó
sonriendo.
-¿En serio?- Dijo
ella algo más animada.
-Claro- contestó
él.
-Gracias, me has
hecho sentir mejor- dijo ella por fin pudiéndole mirar a la cara.
En ese mismo
instante vio por primera vez a Alan. Intentó reprimir las ganas de sonreír pero
finalmente acabó sonriendo. Alan llevaba sonriendo desde que le había visto la
primera vez.
Por fin,
pudiéndola mirar a la cara le pidió su número:
- Me das tu teléfono para quedar y eso…-
dijo el ruborizado.
- Claro- Jas empezó a sacar un bolígrafo
del bolso y se lo apuntó en la mano.
-¡Gracias!- dijo él entusiasmado.
-¡De nada!- contestó ella más contenta de lo
que había estado estos días.
Se dieron dos
besos y Alan volvió ha hacer sus trucos con el skate y Jas, fue corriendo a
contármelo, aunque yo lo había oído todo desde la pared, hice como si no
supiera nada para no quitarle la ilusión.
Erik estaba
sentado con sus amigos cuando me despedí a lo lejos.
Jas estaba
emocionada cuando, mientras me contaba la experiencia, se cruzó con Zac y
Ariane. Yo y Jas nos sujetábamos fuerte de la mano, lo que para nosotras
significaba que aguantaríamos y tendríamos fuerzas. Ariane empezó a reírse, Jas
estaba furiosa, pero a la vez feliz por el suceso cuando, dejé caer el hielo
restante del granizado en las sandalias de Ariane, que salió corriendo,
mientras que Jas y yo nos reíamos. Zac miraba la situación, estaba furioso
porque ya no hacía daño a Jas. Este se volvió y fue detrás de Ariane corriendo.
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