domingo, 15 de abril de 2012

CAPÍTULO 7


Me desperté, a mi lado no había nadie, por un momento pensé que mi madre había visto a Alan, pero luego estaba segura de que no, de haber sido así ya me hubiera levantado para echarme una bronca. Llevaba mi pijama rojo de camiseta de tirantes y shorts, me puse las chanclas y fui al baño. Al abrir la puerta estaba Alan, mirándose en el espejo, mientras que se colocaba el pelo, y cogía mi maquillaje extrañado, como si fuera algo nuevo. No se había dado cuenta de que había entrado cuando le dije:

-Luego si quieres te pongo un poco de base- dije mientras sonreía.

-Lo siento, no sabía que estuvieses despierta. –dijo él mientras que dejaba mi maquillaje.

- Ahora te traeré el desayuno ¿vale?

-Vale, ah, y muchas gracias. – contestó el sonriendo.

Llamé a Erik, le dije que Alan había pasado la noche en mi casa. Creo que estaba celoso, porque me dijo que luego hablaríamos.

Por la tarde, quedé con mis amigas en la ciudad. Fuimos a Bianco, y, como no, Jas tenía que decir la frase que todas estábamos esperando

- Ojalá le venga la regla con un pantalón blanco. –dijo Jas sonriéndonos.

Jas siempre lo decía, porque una vez quiso pasar al baño de esa heladería y la dependienta no la dejó, es un buen recuerdo.

Al girarnos, los chicos estaban detrás. Entre ellos, como no, Alan.
Al principio, creí que venía a llamar a Jas, pero no, vino a por mí.

Tardamos un rato, estábamos lejos, nos metimos por una calle vacía en la que nadie nos vio. Jas no quería ponerse celosa, sabía que era incapaz de hacer eso, y más con Jas delante.

Pasaron unos 30 minutos cuando regresamos, veníamos riéndonos.

No se acercó a mi ni un momento hasta que me terminé el helado, el suyo, estaba derretido, no había estado haciendo otra cosa que clavarle la cuchara cada segundo que había estado con Alan.

Se levantó, y lo tiró. No se dignó a mirarme, no era una opción que tuviese en mente. Por como conocía a Jas, sabía que se sentía frustrada.

Se levantó, y salió dando un golpe, todos la miramos, pero solo nos acercamos Alan y yo.

En cuanto vio que Alan la alcanzaba, se metió en una calle. Alan se entristeció al ver como Jas le evitaba, por lo que volvió a la heladería. Yo la seguí y la encontré sentada en el suelo, estaba llorando.

Todo el rimel se había extendido por sus mejillas. Se estaría preguntando que qué quería. Ni siquiera yo lo sabía, pero tampoco le dio tiempo para que saliese corriendo, así que, se secó las lágrimas y me senté a su lado.

- Sabes que me gusta y te vas con el a solas...A saber que habéis estado haciendo… –dijo Jas.

- Para empezar, no llores. –le dije secándole las lágrimas.

- No me digas lo que tengo que hacer- dijo mirando hacia otro lado

- Jas, solo hemos estado…

No me dejó terminar la frase

-¿Qué, besaros? –dijo echándome una mirada furtiva.

- ¿Qué? ¡Sabes que estoy con Erik! No os haría eso a ninguno de los dos.

-¿Y que habéis estado haciendo esa media hora?- Dijo ahora algo mas calmada

- Ha venido a darme las gracias

- ¿Las gracias? ¿Por qué?

- Por dejarle dormir en mi casa y no decirte nada.

- ¿¡Me estás diciendo que habéis dormido juntos!? ¿Cómo te atreves a venir aquí a decirme eso?- dijo malhumorada.

- No es lo que crees, nadie supo que estuvimos los dos.

- ¿Y que estuvisteis haciendo?- preguntó Jas intrigada

-Pues yo con el Tuenti y el Whatsapp, por cierto, vio tu mensaje.- le dije con una carcajada.

-¿Como se te ocurrió enseñárselo?. –dijo ella poniéndose roja.

- Pobre, el no tenía nada que hacer, y miraba de reojo los mensajes y lo que hacía. –contesté devolviéndole la sonrisa.
Por si no lo sabías, estaba dándome las gracias por poder quedarse en mi casa, si no me crees, pregúntaselo a el.- dije levantándome del suelo. – Pero creo que alguien se merece una disculpa. – sigo diciendo mientras le ofrezco una mano para levantarla del suelo.

Saco varios pañuelos de mi bolso y le quito el maquillaje que se ha estropeado, mientras saco un poco de maquillaje y la maquillo.

-Ahora corre, que te estaba buscando.- le digo y sale corriendo.

Jas entra en la heladería, voy detrás y veo que Alan esta sentado solo, mientras que una lágrima le baja por la mejilla, y al verla entrar, se seca la lágrima, se levanta y la coge de un brazo, sacándola de la heladería. Yo me siento al lado de Erik, le doy un beso y sonrío. Miramos desde la ventana lo que ocurre y vemos que Alan y Jas se están besando, y nos damos cuenta de que es la primera muestra de afecto que tienen en público.

Cuando ya iba siendo hora de volver a casa, subimos todos en el autobús. Yo me senté con Erik y Jas con Alan. Cuando Alan tuvo que bajarse se despidió de Jas con un beso.
Erik se bajó en la siguiente parada y Jas se sentó a mi lado. Fue entonces cuando me contó como le fue con Alan.

Ya eran las diez de la noche, y le dije a mi madre que no cenaría,  pero ese día  ella lo aceptó sin decirme nada.

Como siempre, me acosté en mi cama, escuchando música, hasta que me quedé dormida.

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